En 1897, el químico alemán Arthur Heffter pudo aislar, por primera vez, mescalina a partir de unas muestras de peyote que había recibido. Fue la primera vez en la historia también que se aislaba un alcaloide de efectos psicodélicos a partir de un material vegetal. Heffter llegó a la conclusión de que la mescalina, el alcaloide que se encuentra en mayor proporción en el peyote, era la responsable de los efectos psicodélicos, probando él mismo el peyote y después diferentes extractos para poder comparar sus efectos. Heffter creía que el responsable de los efectos psicodélicos del peyote se encontraba en su resina o en alguno de sus alcaloides. Primero hizo varios ensayos consumiendo el peyote (en lugar de consumir el peyote seco, hizo un extracto de 16.6 gramos, aproximadamente 5 peyotes) para conocer sus efectos. Después separó la resina del cactus y consumió la misma cantidad, 16.6 gramos de este material, que no resultaron psicoactivos. En el siguiente experimento, Heffter consumió 1 gramo de una mezcla de los alcaloides (ahora conocidos como mescalina, analaninina, analonidina, lopoporina, entre otros) extraídos de 16.6 gramos de peyote, lo disolvió en agua y bebió la solución que resultó con los efectos psicoactivos similares al peyote, incluyendo sus efectos físicos secundarios. Finalmente, Heffter aisló el alcaloide que se presentaba en mayor proporción y que ahora conocemos como mescalina. Probó primero mescalina pura en dosis de 20 mg a 100 mg que no resultaron en los mismo efectos psicoactivos del peyote aunque notó que mientras subía la dosis se iban presentando algunos cambios físicos y visuales. El 28 de noviembre de 1897 Heffter consumió 150 mg de mescalina pura, a las dos horas comenzó a ver algunos puntos de colores verdes y violetas que para entonces ya le resultaban familiares, típicos del efecto del peyote, cuando cerró los ojos los visuales comenzaron y así el primer viaje con mescalina pura en la historia:
Primero pude ver puntos violetas y verdes, después patrones de tapiz, motivos góticos, etc. Luego, puntos de los colores más brillantes que he visto en mi vida flotaban sobre mi campo de visión. En general, los efectos no fueron tan intensos como en mis previos dos experimentos con peyote.
Más tarde pude percibir bellos paisajes y figuras arquitectónicas (por ejemplo pilares decorados con flores). Los visuales duraron por tres horas aproximadamente. La náusea aumentaba intensamente por momentos, así como los mareos. Perdí la noción del tiempo que disminuyó todas las primeras horas de la tarde. Para la noche me sentía perfectamente bien, con buen apetito y sin insomnio.
Aunque los efectos de este primer viaje de mescalina pura habían sido suaves debido a la dosis baja (ahora sabemos que las dosis medias rondan los 200 mg a 400 mg) fue suficiente para deducir que era ésta la sustancia activa principal responsable de los efectos psicodélicos del peyote. Ayudaron a esta conclusión experimentos posteriores que realizó con otros alcaloides del peyote como la analininina, lopoporina y analonidina que resultaron sin efectos psicoactivos.
El químico alemán Arthur Heffter, pionero psiconauta de la comunidad científica.
Mario Alberto Manjarrez
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