viernes, 23 de septiembre de 2016

Difenidina

Difenidina (1-(1,2-difeniletil)piperidina)





La difenidina pertenece a una clase de moléculas orgánicas que comparten una misma estructura química principal: 1,2-diariletilamina. En esta clase de moléculas se encuentran algunas de ellas muy conocidas como lanicemina y lefetamina, por ejemplo, y que son utilizadas para un amplio rango de áreas terapéuticas incluyendo su uso como antidepresivo, antiepiléptico, analgésico, y neuroprotector. Aunque la difenidina fue sintetizada por primera vez en 1924 nunca se utilizó en el área clínica y no existen documentos que demuestran su uso previo en humanos. Fue hasta el año 2013 cuando apareció en el mercado de drogas de diseño, junto a su análogo 2-metoxi-difenidina, como una alternativa a las arilciclohexilaminas (análogos de la ketamina y la fenciclidina que habían aparecido a la venta un año antes) prohibidas en Inglaterra ese mismo año. La difenidina y su análogo MXP aparecieron en este mercado de drogas de diseño por sus efectos disociativos, efectos subjetivos similares a los de la ketamina y el PCP.
En un estudio hecho in vitro realizado a principios del 2016 se demostró que la difenidina actúa como inhibidor de la recaptación de la dopamina y la norepinefrina, además de ser un antagonista selectivo de los receptores NMDA. Es esta última acción la principal responsable de sus efectos subjetivos.
En cuanto a su uso recreativo, las dosis medias suelen ser de 80mg por vía oral, arriba de 100mg aumenta sus propiedades anestésicas. Se desaconseja la vía nasal debido al ardor que provoca. La difenidina afecta menos que otros disociativos la actividad motora en dosis bajas, por lo que usuarios han reportado que es común poder estar de pie o haciendo otra actividad mientras se está bajo sus efectos, sin embargo, es desaconsejable. La difenidina también es consumida por vía intramuscular con dosis a partir de los 20mg y por vía intravenosa con dosis que comienzan desde los 10mg. Los efectos suelen durar de 4-5 horas por vía oral y 1-2 horas por vía intramuscular o intravenosa. Cuando se es inyectada por vía intramuscular, los efectos suelen comenzar pasados los 15 minutos, y lo mismo ocurre cuando es utilizada por vía intravenosa, en ocasiones minutos antes.
Con la difenidina a dosis medias/bajas (0.4 mg/kg vía IM) están ausentes los efectos visuales a ojos abiertos y cerrados, si acaso, se percibe una ligera diplopía, que no tarda en desaparecer. Después de cada aplicación y mientras los primeros efectos comienzan a notarse, hay una euforia muy particular que se extienda durante una hora y se reduce gradualmente en las siguientes dos y un poco más. La euforia viene acompañada de un potente efecto antidepresivo que recuerda un poco aquel de las anfetaminas. También provoca una ligera empatía, muy reflexiva: viejas o nuevas preocupaciones salen a flote y pueden discutirse, se analizan de tal modo -siempre con esa actitud provechosa- que casi se vuelven fáciles de resolver, sin que por esto se les reste importancia. Durante todo este tiempo uno puede sentir una embriaguez característica de otros disociativos como las arilciclohexilaminas, aquella que no abruma ni tampoco amodorra en demasía. Cuando parece que los efectos han desaparecido, uno tiene la sensación de haber concluido una sesión enteogénica de dosis altas, por ejemplo, una con tres gramos de hongos psilocibios secos. Hay fatiga mental, sobre todo emocional, pero también ese sentimiento de renovación e integración. Se siente como si se hubiese llegado satisfactoriamente a la meta de alguna empresa iniciada tiempo atrás. A los días siguientes y, en ocasiones, durante toda la semana, uno puede seguir reflexionando sobre la sesión.

Se han reportado muchos episodios de amnesia en dosis altas. Quisiera destacar sus efectos a las dosis medias aquí presentadas como una posible gran herramienta del tipo psicoanalítica.

Algunas experiencias subjetivas y valoraciones de difenidina:

“Sentía que estaba en una ausencia de la realidad, más que en una realidad alterna, un agujero negro de los sentidos, un estado zen.”

“Si tuviera que catalogarla entre recreativa y terapéutica, lo haría en la segunda; tiene euforia, estimulación, a menudo se tienen experiencias abrumadoras, impresionantes y místicas,  lo más interesante puede ser al final de la experiencia: bienestar, buen ánimo, felicidad y empatía.”

“Aleister  Crowley adoraría esta droga, es el pináculo de los juegos mentales.”

“De pronto estaba en este mundo metálico-luminoso, era el laboratorio del universo y todo era amor y calidez.”



“Perdí todo contacto con el mundo real después de una dosis alta, sentía que moría y no podía hacer nada al respecto, no recuerdo gran parte de la experiencia y sentí gran malestar corporal y ansiedad durante todo el día siguiente”



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