AD

sábado, 21 de octubre de 2017

Walter Benjamin - Haschisch

Uno de los primeros signos de que el haschisch comienza a hacer efecto "es un sentimiento sordo de sospecha y de congoja; se acerca algo extraño, ineludible..., aparecen imágenes y series de imágenes, recuerdos sumergidos hace tiempo; se hacen presentes escenas y situaciones enteras; provocan interés por de pronto, a ratos goce, y finalmente, si uno no se aparta de todo ello, cansancio y pena. Queda el hombre sorprendido y dominado por todo lo que sucede, incluso por lo que él mismo dice y hace. Su risa, todas sus expresiones choca con él como sucesos exteriores. Alcanza también vivencias que se avecinan a la inspiración, a la iluminación... El espacio se ensancha, se hace escarpado el suelo, se presentan sensaciones atmosféricas: vaho, opacidad, pesadez del aire; los colores, se vuelven más claros, más luminosos; los objetos son más bellos o más toscos y amenazadores... Todo lo cual no se realiza en una evolución continua, sino que lo típico es más bien un cambio ininterrumpido del estado de vigilia al del ensueño, un permanente ser arrojado y zarandeado, que termina por resultar agotador, entre mundos de consciencia enteramente diversos; este hundirse o emerger puede ocurrir en pleno proceso. 


No hay comentarios.:

Publicar un comentario